Mirepoix

Mirepoix es una pequeña ciudad de 3.300 habitantes, con un reconocido histórico medieval, que se ubica en el suroeste de Francia, en la región de Occitania. Se encuentra a unos 100 km del mar Mediterráneo y de las cimas de los Pirineos que marcan la frontera con España. La agricultura y la ganadería son las principales actividades, junto con el turismo.

La ciudad tiene su origen en el siglo XI y fue reconstruida en el siglo XIII según los planes urbanísticos de las bastidas que existían en aquella época. Hoy en día está catalogada como una de las más bellas bastidas del suroeste de Francia.

El escudo de la ciudad, elaborado en el siglo XIX según un armorial de 1697, presenta un pez de agua dulce, recordando así el nombre de Mirepoix y su proximidad al agua.

Debe su fama a varios edificios muy bien conservados que datan de los siglos XIII, XIV y XV y que todavía están en uso: una plaza central que destaca por sus edificios y que está rodeada de pasarelas cubiertas, anchas y altas, que pasan por debajo de los primeros pisos de las casas con entramado de madera, la puerta de Aval, vestigio de las antiguas murallas, y una notable catedral del siglo XIII, todavía en uso.

La ciudad es tan pródiga en deportes como en cultura: apoya a unas sesenta asociaciones y cuenta también con un cine, una mediateca y una escuela de música. A lo largo del año, estas distintas asociaciones ofrecen representaciones teatrales, conciertos, conferencias, ferias del libro y de la gastronomía, exposiciones de pintura, escultura y fotografía, así como festivales históricos de cierto prestigio…

Todos los años, el primer fin de semana de agosto se dedica al festival internacional de artes de las marionetas. Dura 4 días y la ciudad es decorada por un escenógrafo. Es uno de los eventos más destacados que animan la ciudad cada año, con un festival «in» y otro «off» que atraen a un numeroso público cada verano.

MIMA, creada en 1988, está organizada por la asociación «Filentrope» y cuenta actualmente con 4 empleados permanentes: durante todo el año, las marionetas cobran vida en las clases de Mirepoix y en las de los pueblos de los alrededores, estableciendo así una presencia permanente de esta actividad.